Jonuta
Arturo Ocampo
corresponsal

La delincuencia siembra terror en la zona urbana entre los habitantes al hacerles llamadas amenazadoras con la finalidad de extorsionarlos, las voces se alzan y aseguran que los amedrentan con tener secuestrados a sus familiares con tal de depositar fuertes cantidades de dinero; por su parte la policía preventiva y la agencia del ministerio público ya tienen conocimiento de los hechos.
Y es que ante ellos familias de la zona urbana, viven con la zozobra y la psicosis, se encuentran impotentes, al grado de que se declaran rehenes de los grupos de sujetos que se dedican a hacer actividades ilícitas, informaron autoridades de la mesa de guardia de Seguridad Pública.
Impotentes y molestos pero a la vez temerosos se declararon un grupo de personas que omitieron sus nombres por razones obvias, ya que confirmaron que recibieron llamados de celulares y teléfonos convencionales en sus casas para extorsionarlos, sintiéndose rehenes de la delincuencia que asola en la geografía como en la región de los ríos.
Señalaron que a pesar de que existen cuerpos de seguridad pública y leyes, hasta el momento ninguna autoridad hace algo por detener el flagelo que tiene y ha convertido sus vidas en vivir en medio de una gran zozobra, que no les permite llevar sus vidas con tranquilidad.
Revelaron que existe una banda de delincuentes, muchos de ellos también se dedican a robar casa habitación, todo lo que encuentra a su paso, desde cilindros de gas, hasta el asalto y homicidio; roba vacas, traficantes de ilegales y otras actividades ilícitas, las autoridades policiacas y del municipio lo saben pero por temor, tal vez, no hacen nada por combatirlas.
Estos detractores de la ley, circulan a bordo de motocicletas por los caminos principales de la comunidad y se andan armados con pistolas, navajas y machetes, para asaltar a todo el que se cruce en su camino, los vendedores de diferentes productos y aboneros que también circulan en motos, han sido blanco de asaltos.
Pero por las noches la situación es un poco más grave, ya que los domicilios de las familias son visitadas por estos malandrines y se llevan los cilindros de gas, aves de corral, bicicletas, motos y cosas de valor.
Así mismo dijeron que las patrullas de la policía, solo hacen sus rondines de día, por las noches brillan por su ausencia, y las familias quedan a merced de la delincuencia, que ahora son amenazadas vía teléfono con extorsionarlos, sino que se atengan a las consecuencias.
Ante la caótica situación las familias jonutecas le exigen al alcalde, Felipe Torres Arias (bueno para nada), no le tenga miedo a la delincuencia y los proteja, ordenando a la policía realizar una mayor vigilancia en la zona y así garantizar la seguridad de los habitantes en general.