Agrotendencias
La Tierra ha hablado Elisabeth Casanova García Jorge Quiroz Valiente afgha@hotmail.com jorgequirozvaliente@hotmail.com Medios de comunicación, solidaridad, política, desastres naturales… A raíz de los últimos acontecimientos (temblores, huracanes, inundaciones, etc.) muchas teorías han surgido sobre sus causas y los medios de comunicación se han encargado de difundir información al respecto. La mayoría de estas teorías coinciden […]
24 de septiembre de 2017

La Tierra ha hablado

Elisabeth Casanova García
Jorge Quiroz Valiente
afgha@hotmail.com
jorgequirozvaliente@hotmail.com
Medios de comunicación, solidaridad, política, desastres naturales…
A raíz de los últimos acontecimientos (temblores, huracanes, inundaciones, etc.) muchas teorías han surgido sobre sus causas y los medios de comunicación se han encargado de difundir información al respecto. La mayoría de estas teorías coinciden en que los desastres naturales que hemos atestiguado son provocados por el agresivo irrumpimiento humano en el equilibrio de la naturaleza; en el caso de las organizaciones políticas, éstas han aprovechado la turbulencia del momento para proclamarse mejor que otras, organizar centros de acopio de víveres, y de paso abonar a la contienda del 2018; por su parte, la sociedad civil, nosotros los ciudadanos de batalla, nos hemos unido ya sea llevando alimentos a los centros de acopio, haciendo trabajo voluntario, difundiendo mensajes por redes sociales, elevando plegarias y hasta lanzando propuestas de manejo del fondo de desastres naturales.

A diferencia del “terremoto del 85”, 32 años después nos encontramos en una era sobrecomunicada, donde al instante se difundieron mensajes, fotos, escenas de edificios derrumbándose, información sobre damnificados, albergues, etc., las compañías de telecomunicaciones ofrecen su servicio gratuitamente a los damnificados, los transportes comerciales aéreos y terrestres ofrecen su servicio gratuito para los rescatistas que vayan a socorrer las ciudades afectadas y para transportar las donaciones en especie y sin embargo no sabemos nada.

La manipulación de los medios de comunicación es tal, que hace vigente la frase Socrática sólo sé que nada sé. Al respecto, una reflexión a la hora de informarse, la misma recomendación que hacen los psicólogos a los Padres cuando su hijo les hace preguntas sobre sexualidad o temas no tan infantiles: responda sólo lo que el niño le pregunte, no abunde en detalles y aborde el tema de manera natural. Así, cuando se desee conocer una información, absténgase de ver los noticieros televisivos que nos saturan de información irrelevante, que abordan las noticias desde el sensacionalismo en la lucha por el rating y con constantes comentarios tendenciosos sobre lo que el gobierno quiere introyectarnos… ¡y ya no toquemos el tema de los anuncios publicitarios!

En estos últimos días nos hemos visualizado desde diferentes dimensiones: el país como espacio político, con límites geográficos, leyes y gobierno, el país como grupo social, donde

personas comparten un espacio, una lengua y una cultura, el país como una parte de un sistema global de comunicaciones e interrelaciones dentro de un planeta, pero la dimensión más olvidada, la de ser una parte insignificante y vulnerable del universo… esa sí se dejó sentir con fuerza. Esta visión nos lleva a la reflexión e introspección sobre el papel que jugamos como ciudadanos en cada una de las dimensiones, si somos actores pasivos o activos y sobre todo se visibiliza un panorama amplio de acciones que podemos incorporar a nuestra cotidianeidad y ‘clichés’ que cobran sentido, como: “si está en contra de la guerra, vaya a su casa y ame a su familia”, “la menor acción vale más que la mayor intención” y las que usted lector guste y mande. Se avecinan aun momentos complicados en la reconstrucción de las zonas afectadas; será pertinente que nos sumemos a la divulgación sólo de mensajes comprobados y apoyar sin protagonismos a las personas que lo necesiten.

Es cada quien responsable de lo que escucha y difunde, la consulta de fuentes confiables de información debe ir siempre acompañada del propio sentido común y discernimiento. Evitemos a toda costa los noticieros matutinos que nos echan un gran peso sobre los hombros, evitemos las publicaciones amarillistas y sangrientas que nos hacen insensibles y tolerantes a la violencia, redoblemos esfuerzos en vigilar la información que permitimos que llegue a nuestros hijos, cortemos la cadena de difusión de rumores en redes sociales.

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