Los Olmecas de Tabasco están por concretar el quinto fracaso consecutivo, acumulándose 23 años de frustraciones en el Estado. Faltan por jugarse 15 duelos –nueve como visitante y seis como local-, Olmecas de Tabasco ocupa el octavo y último lugar de la clasificación, muy distante de los cuatro prospectos a pasar a la fase siguiente. Los hermanos Dagdug Nazur (Carlos José y Juan Luis) se han caracterizado por ser uno de los fracasos más sonados al estar al frente de la directiva. La afición, espera mejores resultados.
Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo
Los hermanos Dagdug Nazur (Carlos José y Juan Luis) están por concretar el quinto fracaso consecutivo del club de béisbol Olmecas de Tabasco, cuyo financiamiento público ha sido elevado. No obstante, el déficit acumulado en 23 años de frustraciones asciende a más una importante cantidad, durante siete administraciones distintas.
Ante la inevitable desilusión en la temporada de verano 2017 de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) –que se suma a los 23 fracasos consecutivos después que el equipo, propiedad del gobierno estatal en un 99 por ciento de las acciones, fuera campeón en 1993-, el presidente del Consejo de Administración anunció que junto con el presidente Ejecutivo presentaría su renuncia al gobernador Arturo Núñez Jiménez sólo “si la novena concluía en el último lugar” del grupo denominado Conferencia Sur.
Cuando faltan por jugarse 15 duelos –nueve como visitante y seis como local–, Olmecas de Tabasco ocupa el octavo y último lugar de la clasificación, muy distante de los cuatro prospectos a pasar a la fase siguiente (Leones de Yucatán, Pericos de Puebla, Rojos del Águila de Veracruz y Tigres de Quintana Roo); y, asimismo, sin ánimo para desbancar del sexto y séptimo lugar a Guerreros de Oaxaca y Piratas de Campeche, que anidan la esperanza de pelear por un sitio en el repechaje.
Jueves, viernes y sábado de esta semana, Guerreros de Oaxaca podría consolidarse en el sexto lugar cuando reciba a Olmecas, en tanto que estos cerrarán la desilusionante temporada en el Parque “del Centenario” 27 de Febrero los días 7, 8 y 9 de agosto, recibiendo a Piratas de Campeche.
La quinta promesa consecutiva de los hermanos Carlos José y Juan Luis de conseguir este año pasar a los juegos de postemporada se desvaneció recién iniciado el torneo el 31 de marzo. La inesperada renuncia del manager Enrique Che Reyes confirmó lo que algunos jugadores confiaron al reportero el mismo miércoles 29 de marzo cuando directivos, equiperos y personal administrativo se tomó la fotografía oficial en el engramado “del Centenario”.
“La perspectiva es que no hay perspectiva”, comentó medio en broma y en serio, uno de los jugadores empeñados en dialogar ese mismo día con el presidente ejecutivo. La naciente inconformidad que replicaba el descontento con el cual terminó la temporada 2016, obligó a Juan Luis Dagdug Nazur a citar a los 31 jugadores en el dogout de tercera.
En esa primera encerrona, según uno de los protagonistas que pidió desde ese momento el anonimato, los líderes del equipo solicitaron a la administración cumplir con las “promesas” de palabra y las suscritas en los contratos respectivos. “Ahorita, en este momento, todo está bien. Mañana, sin embargo, no sabemos qué va a pasar…”
Y pasó.
Poco después de la serie inaugural en Campeche, el manager Che Reyes fue sustituido por Vicente Palacios. Y con el tiempo, también dejaron el club Ramón Troncoso, Iván Bellazetín, Carlos Morales y Alexander Romero, quienes habían exhibido el nuevo uniforme en la Europlaza la tarde del miércoles 29 en que se tomaron la fotografía oficial. De este grupo el único que se mantiene es Rogelio Noris.
Devaluación y pleitos
Tan luego la novena ganó el campeonato de 1993 fue vendido por el empresario Diego Rosique al gobierno estatal que, no obstante, “bajo el agua” otorgaba además de estímulos fiscales, financiamiento público al equipo. A partir de 1994, el gobierno sustituto de Manuel Gurría Ordóñez, prácticamente, oficializó el presupuesto al conjunto a través de la dirección del deporte estatal a cargo del desaparecido Ángel del Campo Melo.
Así fue que cada año hasta la fecha, los gobernadores Roberto Madrazo Pintado, Enrique Priego Oropeza (interino), Manuel Andrade Díaz, Andrés Granier Melo y la actual administración, continuaron el financiamiento de Olmecas de Tabasco.
En 23 años consecutivos de fallarle a la afición beisbolera –que según versiones oficiales equivale al 30 por ciento de la población–, indistintas administraciones del club Olmecas de Tabasco dispuso de importantes recursos, no se ha logrado, ya no la hazaña de 1993, sino al menos meter al playoff a la novena. Y lo más grave consiste en que en ese tiempo de fracasos, el patrimonio del equipo –jugadores y bienes inmuebles— se devaluó.
Esperan renuncia
Con el quinto fracaso consecutivo, la afición espera que los hermanos Carlos José y Juan Luis, renuncien al equipo quede o no en el último lugar. Si no es así, pronostican además, la pugna entre los consanguíneos podría terminar de manera fatal puesto que el director del Indetab no soporta que su hermano menor devengue un salario mensual superior.
Pero a diferencia de los jugadores Sergio Venado García y Adrián Gutiérrez que protagonizaron el zafarrancho del jueves 20 contra los Diablos Rojos del México, el presidente del Consejo de Administración del club Olmecas de Tabasco puede enfrentar la impotencia y desilusión con el presupuesto del Indetab.
